Podría parecer, sobre todo para los productores menos experimentados, que la saturación es simplemente un elemento creativo asociado a ciertos géneros musicales, y que es una herramienta inútil o a la que no merece la pena prestar atención si no estás produciendo alguno de estos géneros. Bueno, lo cierto es que, si bien es cierto que es una gran herramienta creativa, también lo es para mezcla, ya que con ella podemos obtener resultados que no conseguiríamos de otra forma; desde dar claridad y presencia a algún elemento que lo requiera, hasta controlar el rango dinámico de elementos que cumplan con ciertas características que más tarde veremos. La saturación es un tipo de distorsión a través de la cual se añaden armónicos a nuestra señal. Los armónicos son frecuencias extra que se generan al aplicar saturación o alguna de sus variantes (distorsión, overdrive…) a una señal de audio. Estas frecuencias que se generan no son aleatorias, sino que complementan a las que había inicialmente en la señal, dotando así a esta de un sonido distinto y más brillante. Los armónicos son múltiplos enteros positivos de la nota base de la señal, y se obtienen al multiplicar la frecuencia de dicha nota por un número entero para formar una serie (por ejemplo, para una señal cuya nota base se reproduce en 440Hz sus armónicos serian 440Hz (440 x 1), 880Hz (440 x 2), 1320Hz (440 x 3)... Es importante saber al menos qué son los armónicos, pero no es necesario ahondar más en la teoría, lo importante es saber que estos, al generar frecuencias más agudas, ayudan a que el sonido se perciba de forma más clara o nítida, si el procesamiento es sutil, o más agresiva y estridente si el procesamiento que se aplica es mayor. Aparte de añadir armónicos, la saturación también puede comprimir en mayor o menor medida la señal sobre la que se esté aplicando el efecto. Esto se debe a que cuando un sonido se satura las partes que se encuentran a mayor volumen en la señal se recortan (produciéndose así ese efecto de distorsión), por lo que el rango dinámico se reduce y la señal queda más comprimida. Este efecto puede ser bueno o malo dependiendo de la situación, el contexto y de cuanta intensidad se le dé al efecto; por ejemplo, esta “compresión” que se obtiene es una gran forma de controlar la dinámica en percusiones (clipping), pero no suele funcionar bien en otro tipo de elementos con mayor tiempo de decaimiento. • Tipos de saturación: Existen distintos tipos de saturación dependiendo de qué fuente esté proporcionando este efecto a nuestra señal (de cinta, de válvulas de transistores…). Es cierto que cada uno de estos es capaz de añadir distintos matices que dan un sonido o resultado distinto (algunos serán más agresivos, otros aplicaran el efecto más notablemente en ciertos rangos de frecuencias o generaran una mayor sensación de volumen percibido…), pero en esencia todos cumplen con la misma función, por lo que no voy a entrar en detalles sobre los distintos tipos que hay. Para cerrar, a no ser que estemos obteniendo estos tipos de saturación de sistemas analógicos (como de una grabadora de cinta en el ejemplo de la saturación de cinta) el procesamiento será una emulación de este tipo de sistemas. • Dar presencia a los elementos sub: Hay elementos muy importantes de una canción que por su naturaleza son muy difíciles de percibir en dispositivos como un móvil, lo cual es un problema. Me estoy refiriendo a los elementos con alta carga de frecuencias sub (como un bajo), que al estar comprendidas entre 20 y 80Hz resultan inaudibles en este tipo de dispositivos. El problema entonces sería conseguir que el bajo, o elementos con mucha carga de frecuencia graves, estén algo más presentes en cualquier dispositivo en el que se escuche la mezcla.
Pues bien, a través de saturación es posible añadir información sonora en rangos frecuenciales que son más fácilmente perceptibles en dispositivos con altavoces de pequeño tamaño, y esto es debido a los armónicos que se generan en dicha señal al procesarla con saturación. Al añadir armónicos en rangos frecuenciales más agudos el sonido del bajo podría empezar a ser perceptible en dispositivos con altavoces de pequeño tamaño. Este tipo de procesamiento sería especialmente útil en bajos con poca carga de frecuencias graves (120-250Hz), pero existen otras formas más efectivas de dar presencia a un bajo muy grave, como crear el bajo por capas y añadir una con información frecuencial más aguda. Igualmente siempre es interesante añadir algo de presencia en este tipo de elementos al aplicar saturación sobre ellos.
• Generar armonicos para dar más presencia o sensación de volumen: De nuevo, añadir armónicos a una señal es siempre una forma de darle mayor presencia, por lo que puede resultar interesante aplicar saturación en elementos que necesiten ese extra de claridad. Por lo general, cuando un elemento principal en la canción no acaba de escucharse del todo bien en el contexto de la mezcla se tiende a aumentar su volumen, lo que suele generar desbalances. En muchos casos este problema no es debido al volumen, sino a la falta de inteligibilidad, ya sea porque el resto de elementos no están ecualizados o procesados correctamente (provocando solapamiento de frecuencias, lo que hace que la mezcla no acabe de escucharse bien), porque el sonido escogido no cumple correctamente con su cometido o porque el elemento que necesita destacar podría estar mejor procesado. En este último caso es donde entraría la saturación como procesamiento recomendable, ya que al añadir armónicos a la señal esta se escucharía de forma más nítida y presente. Lo mismo pasaría con cualquier elemento no principal al que se quisiera dar más presencia sin tener que recurrir a aumentar su volumen, por ejemplo para hacer que se escuche más nítidamente algún elemento percusivo, como la caja.
• Reducir rango dinámico (clipping): Ya he hablado previamente a detalle sobre este tema, pero resumiendo; es posible reducir considerablemente y controlar los picos de nuestras señales de audio con ataque y decaimiento rápido, como percusiones (en elementos en los que no se cumpla esto el resultado no será bueno). Es una forma de controlar y reducir el rango dinámico de nuestras mezclas que proporciona un resultado muy superior al que podría obtenerse con un compresor, y, correctamente aplicado, este efecto no produce ningún tipo de sensación de distorsión o de bajada de volumen.
Si se busca reducir mucho el rango dinámico de una señal, sea para conseguir una mezcla a mayor volumen o por el motivo que sea, adicional a la saturación puede aplicarse limitación, para terminar de reducir algo más el volumen de pico, pero una herramienta que suele usarse mucho para este propósito, y que simplemente no está pensada para ello, es el compresor. Si tu idea es únicamente la de reducir el rango dinámico la compresión no es para nada la mejor alternativa, es la saturación. Como dije al principio, la saturación es una gran herramienta creativa, pero también lo es en mezcla como hemos visto, haciéndose esta prácticamente indispensable si queremos tener control sobre la dinámica del sonido o generar armónicos en elementos que necesitan más presencia en nuestra mezcla, entre más aplicaciones. Es una herramienta fundamental para conseguir obtener un sonido profesional en tu mezcla.