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Frecuencias

11/29/2021

Frecuencias

Conceptos más importantes en Producción Musical

Los siguientes son, bajo mi punto de vista, los conceptos más importantes a dominar en producción musical con relación a las frecuencias:

  • Cortar todas las frecuencias bajas innecesarias: Existe mucho debate sobre si es necesario o no hacer ‘high cut’ en todos los elementos que no estén añadiendo información necesaria en las frecuencias más bajas. Lo cierto es que, según las circunstancias, será necesario o no lo será. Por poner algunos ejemplos:

    • Si estás trabajando con elementos que están pensados solamente para añadir información aguda, como hihats o rides, y por lo que sea tienen carga de frecuencias medias-graves, entonces es necesario cortar esas frecuencias por varias razones; principalmente para dar más claridad a todos los elementos en mezcla, ya que al cortar estas frecuencias se dejará más espacio para los elementos mid-sub y se conseguirá que estos elementos agudos suenen más claramente. Puede darse el caso en el que tu ecualizador muestre que hay información grave en un hihat, por ejemplo, pero tú no consigas escuchar nada y pienses que está bien así. Para esos casos hay una función presente en la mayoría de ecualizadores que te permite escuchar las frecuencias que estás cortando, por lo que haz cualquier movimiento con ese modo activado para escuchar las frecuencias que realmente estás cortando.

    • Hay muchos elementos que, normalmente, no necesitan tener información frecuencial tan baja, como voces o guitarras, pero dependiendo de cada caso concreto se debe considerar si es necesario o no hacer esos cortes; puede que por el contexto de la mezcla sea conveniente no hacer recortes en estas frecuencias, o que la información sea mínima y no sea realmente necesario ecualizar.

    • Existen situaciones en las que hay que tener cuidado ecualizando estas frecuencias, y hay que escuchar lo que esta ecualización hace a la mezcla general. Estamos de acuerdo en que si un hihat tiene una excesiva carga de frecuencias bajas es conveniente recortarlas, pero existen elementos en los que un corte excesivo en estas frecuencias puede ser fatal para el carácter de la mezcla, como por ejemplo unos pads cuyo propósito sea dar cuerpo a la mezcla. Si nos pasamos cortando frecuencias medio-graves en elementos que cumplan esta función nuestra mezcla empezará a sonar carente de fuerza y cuerpo antes de que nos demos cuenta.
      Si notas que este tipo de elementos resultan algo invasivos en ese rango de frecuencias, pero haciendo un ‘high-cut’ se pierde todo el carácter, puedes probar con otros procesamientos, como ecualizar con un filtro ‘low shelf’, comprimir ese rango de frecuencias específicamente con un compresor multibanda o simplemente bajando el volumen de ese elemento para ver si así existe un mejor balance en la mezcla general.

      En resumen, lo normal es que sea necesario eliminar estas frecuencias innecesarias en los elementos que no estén pensados para aportar información útil en esas frecuencias, pero hay que tener cuidado con el contexto de la mezcla, el exceso de ecualización, y con lo necesario que es o no ecualizar.

  • Ecualizar también frecuencias innecesarias por arriba: Un tema del que no se habla tanto, y es también importante tener en cuenta, es el de hacer ‘low-cut’ en elementos que tengan más información de la deseada en frecuencias agudas y que no estén pensados para ocupar este rango frecuencial de la mezcla.

    Lo normal sería pensar que no es necesario, principalmente porque las frecuencias agudas no suelen dar tantos problemas como las graves y porque no parece ser un problema que todos los elementos añadan información aguda, pues en principio darán brillo a la mezcla. La realidad es, primero, que, en contexto de la mezcla, no se van a apreciar apenas nada las frecuencias más agudas de un elemento que se mueve principalmente entre 1-7KHz y, segundo, lo único que conseguimos dejando esas frecuencias innecesarias sin eliminar es privar de claridad a los elementos que están pensados específicamente para rellenar ese rango frecuencial (hihats, rides…).

    Lo mejor es tener siempre consciencia de que cada elemento debe encargarse de ocupar un determinado rango de frecuencias y no sobrepasarse en exceso de ahí. Si escuchas cualquier elemento en ‘solo’ siempre va a sonar mejor si no cortas las frecuencias más graves y más agudas, pero en una mezcla siempre van a haber elementos específicos para rellenar estos espacios, por lo que cortarlas no debería ser un problema. Es de hecho necesario para conseguir claridad y transparencia en la mezcla. Con esto no estoy diciendo que sea necesario hacer siempre ‘low-cut’ y ‘high-cut’, hay que considerar si es necesario o no en base a la información sonora proveniente de esos rangos frecuenciales.

  • Dejar espacios para distintos elementos: Este concepto de “dejar espacio” frecuencialmente hablando, debe tenerse en cuenta en muchas situaciones. Algunos ejemplos serían:

    • Cuando hay elementos interfiriendo en el rango de frecuencias bajas es crucial evitar esos solapamientos, principalmente por medio de ecualización, ya que una sobreexcitación de estas frecuencias puede desembocar en terribles problemas de fase o desbalances, entre otros.

    • Que existan elementos interfiriendo en frecuencias medias puede provocar problemas de claridad. Por ejemplo, percusiones sin transparencia, elementos que se sienten ‘aplastados’, enmascaramiento general de sonidos e instrumentos… Y este problema puede darse realmente en cualquier rango de frecuencias.

    • Cuando estamos creando algún elemento por capas (una caja, un instrumento…) es importante delimitar las frecuencias de las distintas capas para no crear problemas de claridad o inteligibilidad. Cada capa debe cumplir una función específica, delimitándose al rango de frecuencias en el que se debe encontrar para cumplir correctamente con ésta.

      Está de más decir que si no se detecta ningún problema relacionado con esto no es necesario ser demasiado minucioso. Parte del proceso de mezcla consiste en, como su mismo nombre indica, mezclar todos los sonidos para crear un conjunto coherente. Si llevamos al extremo esta idea, es posible que los elementos de la mezcla se sientan “desconectados” entre sí, por lo que hay que valorar si existe un problema real o no y actuar en consecuencia.

  • Ecualización correctiva; eliminar resonancias y corregir desbalances: Un uso muy importante de los ecualizadores es el de eliminar resonancias molestas, pero hay que saber bien cuando y como hacerlo, o podríamos estropear el sonido del elemento sobre el que estemos aplicando este tipo de ecualización.

    • Es conveniente aplicar este tipo de procesamiento cuando la resonancia producida por ‘x’ elemento sea perceptible en la mezcla general. Esto es importante, porque es muy fácil escuchar un elemento en ‘solo’ y encontrar resonancias donde no las hay. O puede que sí las haya, pero no generen ningún problema en la mezcla, al no ser muy notorias.

    • No hay que abusar de este procesamiento, pues es fácil estropear el sonido del elemento ecualizado antes de que nos demos cuenta. Si encuentras que una señal tiene demasiadas resonancias molestas y no hay forma de eliminarlas completamente con ecualización (hasta que esta suene como te gustaría), lo conveniente sería utilizar otro elemento o instrumento que no dé tantos problemas en ese sentido.

      De la mano con este concepto está el de hacer compensación de volumen tras haber eliminado resonancias, o tras hacer cualquier tipo de procesamiento que cambie drásticamente la percepción sonora de la señal. Si hacemos estas reducciones de volumen al ecualizar es seguro que acabaremos con una señal que va a ser percibida a menor volumen del que sonaba en un inicio, por lo que habría que compensar el volumen para dar por acabada la ecualización correctiva (o el proceso que sea).

      Pero la ecualización correctiva no es solo suprimir resonancias. También se refiere al tipo de ecualización por el cual se atenúa el volumen de ciertas frecuencias y se aumenta el de otras para crear un sonido más balanceado, basándonos en el contexto de la mezcla. De nuevo, en la medida de lo posible, tras ecualizar se deben compensar los volúmenes.

      Un ejemplo de esto sería instrumentos con alto contenido de frecuencias medias-bajas que estén generando una sensación de poca claridad, como pads o pianos, en los que una solución para arreglar esto sería reducir el volumen de este rango frecuencial problemático y aumentar el volumen de frecuencias más agudas. De esta forma el sonido de estos instrumentos se escucharía más presente y limpio que antes, y facilitaría una correcta transparencia de la mezcla general.

  • Desbalances frecuenciales: Ahondando más en el tema de los desbalances, estos se refieren al excesivo nivel de volumen de más o de menos en uno o varios rangos frecuenciales de la mezcla. Es uno de los principales problemas a la hora de mezclar, ya que no siempre son tan obvios o fáciles de detectar, principalmente porque es fácil acostumbrarse al sonido desbalanceado con el que llevamos trabajando horas y perder la perspectiva. Puede que las frecuencias altas estén a demasiado volumen, dando una sensación de estridencia y de carencia de cuerpo, o puede que el exceso de volumen esté en las frecuencias medias, generando poca claridad y transparencia. Sea cual sea el problema, si queremos conseguir una mezcla competente tenemos que solucionarlo.

    Hay una herramienta visual que puede ayudar a detectar este tipo de problemas, y esa es ‘Voxengo SPAN’. ‘SPAN’, entre otras cosas, cuenta con un analizador de espectro muy útil, con el que podemos visualizar si en cierto rango de frecuencias el nivel de volumen es excesivo o insuficiente, ayudándonos así a tomar una mejor decisión a la hora de ecualizar o haciéndonos notar que algo no está bien.

    Por ejemplo, puede que ‘SPAN’ indique que el nivel de volumen de las frecuencias agudas es mucho mayor que el de las graves, que hay un rango de frecuencias a demasiado poco volumen, o incluso una resonancia en la que hasta el momento no habíamos caído.

    Otro uso interesante de ‘SPAN’ es el de poder referenciar cualquier mezcla profesional con la tuya, en el sentido de poder visualizar en el analizador de espectro cualquier mezcla y compararla así con la tuya (a qué volumen llegan los rangos frecuenciales, el balance general…).

  • Aumentar frecuencias específicas y atenuar otras para obtener claridad y un buen balance: La ecualización no es solo importante para deshacerse de frecuencias innecesarias o de resonancias, también sirve para aumentar volúmenes en ciertos rangos de frecuencias, ensalzando o acentuando así ciertos sonidos y dándoles más transparencia y carácter.

    Por ejemplo, si tenemos unas percusiones en las que la caja no acaba de escucharse del todo nítida en el contexto de la mezcla, en lugar de aumentar su volumen para ver si así se soluciona el problema, quizá sea más razonable probar a aumentar el volumen en el rango de frecuencias en el que la caja tiene menos presencia (y posterior a eso compensar volúmenes, ya que al sonar la caja a mayor volumen tras la ecualización podemos llegar a pensar que suena mejor cuando puede que no sea así, porque siempre se tiende a percibirse algo a mayor volumen como mejor).

    También, puede que en elementos que tienden a ser estridentes, como hihats, convenga aumentar ligeramente un rango de frecuencias medio-alto, de 4 a 7KHz por ejemplo, y reducir las frecuencias más agudas, consiguiendo así un sonido más suave.

    Existen muchos ejemplos en los que aumentar el volumen de ciertas frecuencias puede ayudar a conseguir un sonido más limpio y transparente.

  • Midrange: importantísimo para dar fuerza a la mezcla. Hay un concepto interesante a tener en cuenta a la hora de mezclar las frecuencias medias de una canción. Es muy común cuando se está trabajando en un estudio con altavoces que reproducen un rango de frecuencias amplio enfocarse demasiado en las frecuencias altas y bajas, porque son las que parecen marcar más la diferencia en el sonido general de la canción mientras estamos realizando el proceso de mezcla. Pero la realidad es que el rango de frecuencias en el que hay que invertir mayor esfuerzo y tiempo para que suene lo mejor posible es el ‘mid-range’, más concretamente las frecuencias comprendidas entre 170-200Hzs/4000-5000Hzs.

    El motivo es simple: es muy poca la gente que va a apreciar el sonido de las frecuencias más altas o más bajas, debido a que no mucha gente puede escuchar, o escucha regularmente, música en las misma condiciones en las que nosotros lo hacemos en nuestro estudio, pero las frecuencias medias siempre van a ser percibidas y van a estar presentes en cualquier dispositivo, ya sea en un coche, en un móvil, o en unos auriculares.

    Aparte de por este motivo, es también importante dar mayor protagonismo a este rango de frecuencias porque de esta forma se consigue mayor cuerpo y una mayor sensación de volumen incluso en sistemas de sonido profesionales, por no mencionar nuevamente que la diferencia que hay entre una mezcla con un ‘mid-range’ presente y bien mezclado y una que no lo está tanto, escuchada en cualquier dispositivo es abismal.

  • Eq y comp o comp y eq?: Hay bastante debate sobre si es más correcto ecualizar y luego comprimir o hacerlo al contrario. La verdad es que depende del contexto y de la forma en la que se estén aplicando ambos procesamientos (tipo de compresión y de ecualización), pero hay que entender muy bien lo que estamos haciendo y cómo afecta un procesamiento al otro; más concretamente, cómo afecta a la dinámica de la señal un ecualizador.

    • Al ecualizar de forma considerable varios rangos frecuenciales hay que tener en cuenta que probablemente estamos variando el rango dinámico de la señal, por lo que intentar controlar la dinámica colocando un compresor al inicio del canal para luego ecualizar de esta forma tendría poco sentido. No es lo mismo reducir algunas resonancias en rangos altos que reducir 5dBs en 200Hz. En ese caso lo normal sería ecualizar hasta conseguir el resultado deseado y luego comprimir, para así lograr homogeneidad en el volumen y cohesión.

    • Otro caso en el que sería conveniente ecualizar primero y comprimir después sería cuando tenemos un elemento con alta carga de frecuencias medias o bajas que no necesitamos y queremos atenuar o eliminar. Habría que ecualizar primero para deshacerse de estas frecuencias molestas y luego comprimir, ya que, si comprimimos no habiendo ecualizado la señal, el compresor podría activarse en momentos no deseados debido a la presencia de estas frecuencias sobrantes (las frecuencias medias-bajas suelen ser problemáticas en este sentido)

      Pero esto no quiere decir que no haya casos en los que comprimir y luego ecualizar esté bien. Como ejemplo, si yo tuviese un elemento percusivo, como una caja, y quisiera enfatizar su pegada, una buena forma de hacerlo sería comprimiendo hasta conseguir el resultado deseado y luego podría, por medio de ecualización, enfatizar las frecuencias que más transparencia le diesen en el contexto de la mezcla y reducir las no necesarias.

      De nuevo, si los ajustes hechos en ecualización no son muy notorios, o son en frecuencias altas, probablemente no haya problemas con el rango dinámico, por lo que comprimir para luego ecualizar no estaría mal, pero es también importante no obsesionarse con el rango dinámico porque, aun siendo importante, lo crucial es conseguir el mejor sonido posible a través del procesamiento.

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